Ya he aprendido algo de Sydney, un truquillo. En el bolso, mochila o lo que vistas, siempre has de llevar alguna prenda por lo que pueda pasar. A poder ser, un jersey, un bañador, una toalla, un paraguas, crema solar, unas gafas de sol y unos leggins. Así te aseguras no pasarlo mal. ¿Conocéis la frase el tiempo está loco? Pues el meteorólogo que la dictó por primera vez debía vivir aquí, seguro. Que la ciudad esté a 35 grados no significa que sea un buen día y que llueva no quiere decir que no se pueda ir a la playa. Citando a Fran Perea, “La vida al revés”. Y qué narices, uno más uno son siete, para que mentirse.

Opción 1. Te levantas, Sol. Buen día para ir a la playa. Llegas -10 minutos andando- y está nublado e incluso a punto de llover. Te cagas en todo porque hace un frío y un viento del carajo y tú vas en bañador. Te vas para casa otra vez. Llegas, y vuelve a salir el Sol que parece que no se vaya a ir nunca. Te vuelves a cagar en todo. Y encima al día siguiente te das cuenta de que te has quemado. 

Opción 2. Te levantas. Día bastante feo, pantalones largos y sales a dar un paseo por la costa. Llevas 10 quilómetros andados y sin saber como, el Sol está ahí arriba dándolo todo. Tú sudando, llegas a Bondi y ves cientos de personas en la playa. Y tú muy guapo con tu camiseta de manga larga y tus tejanos, que solo quieres bañarte. Y encima te has vuelto a quemar. 

Opción 3. Esta es la que más me gusta. Te levantas, día de 35 grados, Lorenzo apretando fuerte y en casa te dicen «coge un paraguas». Lo primero que piensas es que se están quedando contigo. Después de comer se nubla, a las 16 se pone a diluviar que Noe estaría orgulloso y a las 18h -hora de cenar- llegas a casa en kayak y sin haber cogido el paraguas. Y efectivamente te has quemado.  

El viento en Sydney tiene dos características básicas: que siempre está ahí y que nunca sabes hacia donde va a ir. Si te quedas diez minutos mirando el cielo en la playa podrás ver docenas de nubes arrastradas, tan bonito como terrorífico cuando trae tormenta. Por eso el tiempo es tan cambiante. Y lo de quemarse, es que el agujero de la capa de ozono está justo encima de Australia. Calor sí, mola; pero es que hasta el Sol intenta matarte aquí.